Saturday, March 14, 2009

Mandala

Dentro del ciclo donde todo se recicla y las sonrisas son en tu oido mieles transparentes, las cuales seducen a tu humor regalando mil predispociones distintas para el fututo aluvion de minutos. Ahora dispuesto a recibir el sol en la cara, las baldozas me acompañan por la plaza del encuentro, que se esconde entre los arboles para salir a las 3. Agradezco haber emprendido este viaje, mientras entrelazamos saludos de admiracion y respeto, que por momentos se transforman en mariposa como aquellas noches de camping.
Nuestros pasos dan el ritmo y la mirada es melodia, cuando la bocina roja destruye en un grito la armonia de dos jovenes...
Dos jovenes que se interponen en mi apuro por llegar a la oficina, y de no ser por mi atencion la tarde podria haber terminado mal. Me alejo con la extincion de los minutos en mi mano y la opresion de ver esa vil figura que es dueña y ama de mi esclavitud asociada. La adrenalina aun no baja tras el susto de la plaza mientras mi mandatario grita por telefono. Los gritos vuelan libres, tan solo para posarse en mi espalda y mordisquear mis nervios.
El agravio hacia mi origen derrama el cafe sobre la impresora, mientras mi mano en su mentón lleva los gritos a dormir como canes en el suelo...
Suelo que sostiene mi cabeza, tras la caricia de piel y algarrobo que me acompaña hasta aquella tibia cama de hospital, donde mi mujer sostiene la sabana que acomoda sobre mi pecho.
Mate tras mate el doctor y mi mujer inventan memoria en mi, aclarando la situacion, realizandome preguntas sobre cual era el detonante de aquel raro cortometraje que culmina en un llamado...
Llamado que me saca de la ducha mientras se apaga aquella sinfonia beatle, con una ardiente llamarada que muestra a mi marido internado. Aun llorando por la espalda colóco mi remera y tras el golpe de la puerta tomo aquel taxi, que cortando calles me muestra una sonriente pareja que dispara en mi el habitual ¿Por que me pasa esto?.
La puerta de la habitacion me da mas tranquilidad, al acercarme al doctor que me muestra mas claro el panorama, mientras se aleja sonriendo y abrazado por mis gracias y aquel pasillo...
Pasillo que me encuentra en mi segunda hora de guardia, tras haber cumplido mi turno y aproximandose las 6 de la mañana.
El buffet trae distraccion mientras las medialunas juegan con el cafe y el hombre de la mesa de la pata rota compra el diario, el cual con su rojo titular enlaza mis ojos, que resvalan en la columna de la derecha, que me muestra el suicidio de un oficinista tras una golpiza a su mujer en una noche de alcohol.
La aguja corta sobre las 8 requiere nuevamente mis servicios, mientras el consultorio del obstetra me regala la calida espera de aquella joven pareja, desbordante de preguntas y felicidad...

No comments: