Abuelita

Hoy haces honor a tu nombre y mi mano siente la suavidad de tu piel en protección. Despedida o quizás eterno encuentro, alma y vida y un rosal de sentimientos. Muestra de que somos luz y juntos fuimos aurora.

En el éxtasis de nuestra unión un diamante en mi mejilla, que muy lejos de un reproche absurdo a la nada, florece en el más bello agradecimiento de haber logrado esta amalgama.

Hoy el río es un ritual como aquel de tantas tardes, donde el sol se despedía entre anegdotas y frases, dulces charlas y proyectos de innegable conexión que mostraban tu legado marcado en mi corazón. Legado que enarbolo con orgullo, y aquellas semillas que cayeron de tu árbol hoy son el alimento de vida que guía mi camino, haciendome intuición, estética, creatividad y por sobre todo humor como catarata, capaz de desbordar cualquier embalse que busque el encierro.

Hoy emprendes un viaje más entre tantos otros vividos, viaje que no sera la excepción y mostrará en tu rostro la hermosa sonrisa de la que alguna vez fui cómplice y me dio la distensión que solo en tu compañía pude lograr, aquella que construimos desmalezando el campo y encontrando en el atardecer de nuestras almas el mas dulce durazno.

Hoy agradezco y admiro aquellas valientes palabras que desbordaron mi alma de destellante felicidad, y desafiando una vez mas al tiempo y al destino nos llevaron por aquellos paisajes patagónicos que liberaron juntas nuestras almas.

Ahora me doy cuenta que esto no es una despedida, ya que sin lugar a dudas no hay forma de separar aquellas almas que decidieron caminar juntas, tan solo es uno mas de mis tantos “nos vemos viejita”

*SentiPensante