Monday, March 08, 2010

Intrapersonal

Y me observe entre palabras compartidas que generan pensamientos, tus suaves comentarios y mi innegable curiosidad de niño incrédulo. Sentí como pocas veces, que el verano asomaba por mi piel, dando a mi inseguridad esa certeza de que debía abandonar el caparazón, para descubrir ese instante donde soy agua, incolora, inodora e insípida, en su más puro y hermoso estado natural.
Avanzando, como el mar que no descansa, logre hurgar en tu interior, mientras debatía con el mio, y un signo de interrogación comenzó a florecer entre tanta tierra fértil. ¿Hasta que punto, un ser humano es solo uno, si su persona puede mostrar tantas facetas como situaciones y tiempos posibles? Ahí descubrí que cada uno de los ojos que me observaban, hacían de mi una nueva conformación, en un mismo plano espacio-temporal. Cada una de estas conformaciones son “mis otros yo” y en la mas profunda paz y tranquilidad surgen tertulias entre nosotros. Debatimos, nos amamos, odiamos y preguntamos cuanto tiempo quedara de vida a cada uno, ya que dependemos de los ojos ajenos para ser.
Una de esas noches, un “yo” que se encontraba vivo gracias al recuerdo de un amigo que hoy ya no lo era, tomó conciencia de su estado y una serie de preguntas le surgieron. ¿Cuán real es mi existencia si mi concreto momento de vida existió en otros tiempos, cuando jugaba entre casas de árbol y cañas secas?
Yo y mis demás “yo”, quedamos por un momento estupefactos, al observar cuan débil resultaba, nuestra concepción del tiempo, y detectar descarnadamente que cada uno de nosotros convivía en un mismo plano terrenal, viviendo otros tiempos. A su vez, llegamos a plantearnos que no existíamos realmente, porque el “yo” que antes habíamos sido, estaba sentado a nuestro lado, pero jamas volvería a ser. Su ciclo había terminado, para dar lugar a tantos otros, como ojos que nos observaran.
De esta manera descubrimos nuestra construcción fractal, donde cada pequeña porción puede ser visualizada como una réplica a escala reducida del todo. Planteamos por algunos momentos un paralelismo entre un simple puzzle y la concepción de nuestro ser, y a pesar de estar dialogando sobre conceptos que podrían resultar filosóficos, no nos alejamos de la matemática, la física, las energías y el YO superior, el puzzle o rompecabezas como uno de los “yo” solía denominarlo.
De esta manera, comenzamos a llegar a una conclusión para las problemáticas planteadas en la charla que hoy se presentaba, y la misma nos mostraba que absolutamente todo a nuestro alrededor esta plenamente conectado, no hay forma de aislar dos conceptos, dos acciones, mil objetos, todos son parte de todo y cada uno de ellos tiene una hermandad en algún “yo” que exista en el tiempo y el espacio.
Concluido este debate, el YO superior, rompecabezas o simplemente matriz de los otros yo, decidió despertar, mejor dicho reencontrarse con el tiempo y el espacio que le estaba siendo asignado. Recordó que se encontraba acompañado, gratamente acompañado, por aquella suave voz que lo acariciaba. Un puñado de arena lleno sus manos y decidió recostarse a su lado, en contacto con aquella voz, bajo luz anaranjada que se despedía, agradecía y regalaba un nirvana que por momentos se presenta y no logramos ser conscientes de ello.

No comments: