Raras situaciones se presentan bajo soles diurnos, regalandome oraciones entre signos de interrogación. ¿Casualidad o causalidad?

Sin lugar a dudas algo fue lo que motivó aquel interés que conectó mi mirada con su pasar indiferente. El mismo algo, que en cuestión de un breve periodo de tiempo, generase que aquella indiferencia no fuera tal.

Estos sinrespuesta son los que amalgaman caminos paralelos y los hacen uno, los transforman en árbol, que da frutos de una misma sabia. Muchos enlazarían estas palabras dento del cerco del amor de pareja, pero en verdad, aun tiene muy poco que ver con ello. Pero este emparentamiento es lógico, debido a que la gran mayoría de los seres envasados que nos circundan, poco saben de dar a luz mediante un pincel, de compartir con otros tantos la paternidad de una explosión creativa, y encontrar en aquel potrillo que busca galopar, la tranquilidad necesaria de escucharnos, contemplarnos y descubrir que ese alunizaje ha sido exitoso..

Por momentos, ser espiga natural entre sintéticos arreglos florales motiva mi desorientación, pero es constante mi asomo, mi observación, mi empuje a contraviento que busca otras espigas. Pero un simple destello de tus ojos da la tranquilidad de que en el campo, las espigas dispersas, en algún momento forman parte de un mismo trigo, de un mismo pan.